Según ciertas filosofías que proceden de Oriente el invierno es la estación Yin, y coincide con un retraimiento de nuestra energía vital. No hay más que fijarse en los animales: es en invierno cuando algunas especies optan por hibernar, las plantas y árboles «congelan» su stock de futuras semillas para sí poder fortalecerse y regenerarse correctamente durante los meses frios y llegada la primavera poder continuar óptimanente con el ciclo de la vida. El invierno es época para parar; reflexionar, y una magnífica oportunidad para sanar y crecer espiritualmente.
En épocas remotas, cuando los seres humanos vivíamos más en sintonía con la naturaleza, también nosotros seguíamos un ritmo de vida más natural, más acorde con el hacer de los animales y plantas. La sociedad actual, el ritmo a menudo apresurado que nos exige el momento presente, no nos permite poner atención suficiente en lo fundamental para estar bien con nosotros mismos. Tendemos a sobrecargarnos con actividades – muchas de ellas necesarias e ineludibles, es verdad – y llegamos a saturarnos física y emocionalmente.
Según la Medicina Tradicional China el invierno se asocia con el Hígado (cada estación viene asociada a un órgano interno), y a la energía elemental del Agua. El hígado es nuestro «aljive», reserva, de energía y potencial. Algo así como la bateria del motor. Debemos alimentar y cuidar bien esa bateria.
A menudo en invierno se producen desajustes o desequilibrios relacionados con Hígado. Fatiga, dolor en la zona lumbar, ansiedad y temores, dolor de articulaciones, dolor de huesos. No es raro experimentar en invierno algún tipo de congestión de pecho (pulmones): los riñones son el sostén de los pulmones. Molestias pues con los riñones o por problemas urinarios también pueden ocurrir. Dolor o molestias de oido; molestias derivadas del aparato reproductor o molestias hormonales…
Veamos qué podemos hacer
Pongamos atención a lo que «nos cuenta» nuestro organismo:
Nuestro cuerpo sabe perfectamente qué es lo que necesita en cada momento. El cuerpo se comunica con nosotros mediante un lenguage de «sensaciones» ¡Prestemos atención!
Nos dice: conviene no correr tanto, ves más despacio. Así pues movámonos suavemente pero conscientemente. Pongamos nuestra mente en ello. Muévete, haz estiramientos de espalda con la atención en la zona lumbar y de riñones y vejiga. Esos meridianos, riñón y vejiga, se estimulan a través de la espina dorsal. Los estiramientos de meridianos, más el ejercicio de meditar andando, ejercicio suave pero consciente.. el Yoga, el Chi Kung o Ki Song, nos magnificos para desarrollar esta conciencia. Y por supuesto: es muy beneficioso y sumamente importante acompañar todo ello con sesiones regulares de Shiatsu Namikoshi. El Shiatsu estimula nuestro sistema nervioso, muscular, orgánico… aportando i reactivando nuestro flujo natural de energía.
¡Más despacio!
Tomarse una pausa mientras realizamos una o más actividades es necesario. ¡No hay porqué correr! Descansemos. Acostémonos pronto a ser posible. Los riñones aprecian, y les conviene, trabajar a un ritmo regular. Equilibrio entre nuestro Yin y Yang. Quietud y actividad.
Introspección y meditación
La energía del invierno nos conmina a buscar la calma interior. Es un buen momento ponernos confortables, sentarse en un lugar tranquilo, leer un buen libro, disfrutar y sobretodo apreciar el momento presente. La práctica de la meditación nos permite cultivar está mente al tiempo que mantiene la naturaleza reflexiva de la energía del Agua.
Manten los riñones calientes
Los riñones están situados en la parte baja de la espalda, en la zona lumbar, a ambos lados y por debajo de las costillas posteriores. Masajear vigorosamente esa zona produce calor a la vez que mueve la energía. Antiguamente la gente que tenía cuidado de su salud llevaban una faja a modo de calentador para proteger los riñones. Protegerse los riñones con una manta o un chal enrollado la zona lumbar produce el mismo resultado. Cuando uno lleva mucho rato sentado en una misma posición es bueno recostarse, descansar la espalda sobre una botella de agua caliente (¡si es que aún venden hay botellas de agua caliente!)
Alimentos y liquidos que nutren nuestros riñones
Podemos preparar una buena sopa caliente, o un estofado, si es a base de tubérculos como las zanahorias, boniatos, remolacha… mejor. Le podemos añadir algo de gengibre, algas para darle ese toque extra de energía. Verduras o legumbres como las alubias rojas, espinacas o acelgas, sientan bien también. Y los frutos rojos. Moras, arándanos, grosellas, fresones… Los productos del mar son de los que más nutrientes ricos y minerales aportan. Infusiones calientes es imprescindible tomar; previenen de «golpes de frio» y tonifican. Tés (no negro o con exceso de teina). Infusiones a base de gengibre y canela. La canela, en pequeñas dosis, nos ayuda incluso a frenar la ansiedad por tomar dulces.
Reducir o suprimir alimentos que nos restan energía positiva.
Alimentos cargados de azucar como pasteles y tartas; bebidas edulcoradas (Colas); el consumo de alcohol o cafeina, no hacen más que disminuir y empobrecer nuestra energía vital – Chi o Ki – , provocándonos fatiga y a la larga, posibles desequilibrios emocionales además de afectar nuestro sistema inmunológico.
Toma sesiones de Shiatsu Namikoshi
El invierno es ideal para recibir sesiones de Shiatsu Namikoshi. Es cuando más atención debemos poner en reponer, fortalecer y equilibrar nuestra energía. Shiatsu es prevenir, no curar. Prevenir, sostienen los creadores del Shiatsu, es mejor que curar.
Este artículo es mérito de Kindy Kaur, terapeuta y profesora de Shiatsu en Shiatsu Health Point, en Nottingham. Mi agradecimiento a Kindy Kaur.